sábado, 18 de septiembre de 2010

¡Buenos días, princesa!

- Ah me olvidaba decirte que...
- Dilo.
- Que tengo unas ganas de hacerte el amor que no te puedes imaginar, pero esto no se lo diré a nadie, sobretodo a ti. Deberían torturarme para obligarme a decirlo.
- ¿A decir qué?
- Que quiero hacer el amor contigo, no una vez solo, si no cientos de veces. Pero a ti no te lo diré nunca. Solo si me volviera loco te diría que haría el amor contigo aquí delante de tu casa toda la vida.

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